You’ve officially been invited to the countdown! Save the Date is out, registry is live, and the full details are coming soon.

Ana & Leonardo

September 21, 2025 • Annapolis, MD
90 Days To Go!

You’ve officially been invited to the countdown! Save the Date is out, registry is live, and the full details are coming soon.

Ana & Leonardo

September 21, 2025 • Annapolis, MD
90 Days To Go!

Our Story

Nuestra historia

Ana y Leonardo se conocieron hace algunos años, compartiendo salidas entre amigos y tardes de voleibol los Domingos. Lo que comenzó como una amistad ligera fue creciendo poco a poco, sin que ninguno de los dos lo notara al principio.


Para Ana, Leonardo era un gran amigo con quien podía hablar de todo, alguien que siempre escuchaba, que sabía cuándo hacerla reír y cuándo simplemente estar presente. Lo que ella no sabía era que, en silencio, Leonardo ya se estaba enamorando de ella.

Cada gesto de Ana lo conquistaba: su amor por la naturaleza, su pasión por la vida, por los viajes, por descubrir el mundo con ojos curiosos. Su fuerza tranquila y su forma de ver la belleza en lo simple. Pero él nunca la presionó. Sabía que las emociones más sinceras florecen con paciencia y cuidado.


Y un día, sin darse cuenta, Ana empezó a verlo con otros ojos. Lo que antes era solo cercanía se convirtió en complicidad. De pronto, la vida sin Leonardo ya no se sentía completa.


Con el tiempo, Leonardo también supo ganarse el cariño de sus dos hijas peludas, Gretchen y Piru, las grandes protagonistas de su vida que con su amor y alegría hacen esta historia aún más especial, completando esta hermosa familia.


Con la certeza de que era el instante perfecto, un Domingo 6 de Abril, Leonardo eligió con intención el lugar perfecto para hacer la gran pregunta: un viñedo rodeado de verde, flores silvestres y esa serenidad que tanto representa a Ana. Sabía que ese rincón de naturaleza diría más que cualquier palabra.


Bajo los cherry blossoms, Leonardo se arrodilló, con los ojos brillando de emoción y el corazón en la mano. Ana, sorprendida, sintió cómo todo a su alrededor se detenía por un instante.

Y sin dudarlo, dijo:


Sí.


Desde ese momento, la vida cambió… no con fuegos artificiales, sino con la paz de saber que lo mejor de todo apenas comenzaba. Desde entonces, comparten una historia que no necesita grandes gestos para ser inmensa, porque nació de lo simple, de lo sincero… y de lo real.


Saben que el amor que crece despacio es el que más profundo echa raíces.

Porque cuando el amor es verdadero, no hace ruido… simplemente crece.